La docencia y el territorio

«En diez años de docencia carcelaria he insultado a varios compañeros muchas veces. Nunca, nunca, nunca, ningún compañero de pabellón me devolvió el insulto. Jamás un preso, un chorro, un asesino, un bastardo, un negro, un nadie, me faltó el respeto. Jamás pasó pese a que me lo merecía. Esa es una lección para todos los que desconocen las cosas que ocurren en el mundo de la cárcel. Una lección para quienes de la cárcel sólo conocen la versión hollywoodense que circula en películas o series de televisión argentina dirigidas por directores progres, palermitanos, modernos y carentes por completo de conciencia social. No se debe insultar a alguien que nació insultado. Yo lo hice. Lo hice porque estaba abrumado en medio del infierno. Lo hice y no tengo excusas. Ellos me entendieron. Ellos fueron los docentes. Esos graves errores pueden terminar mal, muy mal. Son los errores que cometemos los que perdimos cierta protección a las llamas. Soy consciente que mi tiempo como docente ignífugo en territorio sulfúrico se va a acortando. El paraíso podrá ser eterno, la cordura no.»

(extracto del capítulo «La docencia y el territorio» del libro de Alberto Sarlo «Espectros del pabellón» que esperamos publicar en algún momento de 2020)

La imagen puede contener: 1 persona, interior

Comentarios desactivados en La docencia y el territorio

Filed under Sin categoría

Comments are closed.