En el pabellón 4 hemos tenido infinidad de debates y confesiones que exponían la necesidad de expectorar la podredumbre que nos llevó a sostener principios y valores execrables, principios y valores que lastiman, hieren, violan y matan.
No hablo de los principios y valores de los marginales. Hablo de los principios y valores de la sociedad de los blancos, te hablo de mi sociedad, hablamos de tu sociedad. Hablo de vos.
Porque vos y yo somos parte de algo que puede definirse como sociedad, pueblo, comunidad o como quieras, y ese como quieras, ese colectivo humano, esa construcción social de la que vos y yo somos parte, es cruel, muy cruel….Vos y yo somos parte de una sociedad cruel que, amparada en valores tradicionales, centenarios y religiosos destroza (destrozamos), la concepción de la empatía. Despedazamos la acción afectiva hacia “el otro”, hacia el distinto, hacia el débil, hacia la mujer. Yo lo hice y vos lo hiciste. Y vos no solamente sos un varón, vos también podés ser una mujer. El victimario no tiene género, la víctima si, su género será siempre el “otro” género, y contra él, contra ella, todo vale. Porque contra la mujer todo vale, eso es lo más triste.
Somos crueles sin pasión por serlo. Somos crueles usando eufemismos de nuestra crueldad y justificándonos en que debemos sobrevivir en una sociedad individualista y meritocrática. El otro no cuaja en ninguno de esos dos conceptos y por eso tenemos que descartarlo. La mujer dueña de su cuerpo y de su destino choca contra los intereses de éxito de la sociedad, por eso se la desprecia, por eso la despreciamos. Vos la despreciaste infinidad de veces en tu vida y yo también. Porque no hablamos sólo de violencia física. La violencia es multifacética y omnipresente. La violencia sobre la mujer es un mero acto disciplinador en el mundo empresarial, en el universo capitalista, en la galaxia meritocrática. La imprescindible Rita Segato nos habla del capitalismo patriarcal que se enseñorea en una sociedad colonial y punitivista. Yo llamo a eso ni más ni menos que individualismo demencial. ( Extracto del prólogo de Alberto Sarlo del libro NI UNA MENOS EN EL PABELLÓN 4, libro que pueden continuar leyendo en PDF cliqueando: https://drive.google.com/file/d/1l6cU37osu12mR4W704OZD99wG0JqXujP/view?usp=sharing)NI UNA MENOS EN EL PABELLON 4_Página_001

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